Uno de los efectos secundarios que tuvo la llegada del covid-19 a Chile fue que debido a su rápida expansión generó que prácticamente ningún otro virus respiratorio tuviera espacio para circular. De hecho, durante 2020 y gran parte de 2021, casi no se detectaron casos de enfermedades respiratorias comunes como influenza, virus respiratorio sincicial y adenovirus (VRS).

No obstante, esa situación ha ido cambiando en los últimos meses: de a poco, la curva de contagios en estos virus comunes ha ido aumentando, y fuera de los meses de circulación habitual.

A fines de 2021 y comienzos de este año se generó un aumento considerable de VRS, que afecta principalmente a la población pediátrica, pero ahora está siendo el turno de la influenza. Un enfermedad que si bien ha pasado a un segundo plano en estos años de pandemia, suele ser un motivo de alta saturación del sistema de salud, sobre todo en invierno.

Durante los últimos meses ha comenzado a aumentar su detección en la red sanitaria, llegando ya a 486 casos pesquisados, duplicando la cantidad de infecciones encontradas en los dos años de la emergencia sanitaria. Estas cifras muestran solo una porción del número de infectados, ya que se encuentran mediante centros centinelas repartidos a lo largo del país, pero permiten detectar cuando existe una tendencia al alza como esta.

Pablo Vial, infectólogo y miembro del Consejo Asesor, adelanta que es probable que este año haya un invierno más similar a lo que sucedía previo a la pandemia, con circulación de distintos virus.

‘En la medida que las personas reasuman sus actividades normales, lo esperable es que también tengamos un perfil de virus respiratorio, similar a lo que teníamos en los años anteriores. Tal vez puede ser atenuado porque hemos aprendido harto de cómo controlar la transmisión de virus respiratorios cada uno. Eso puede expresarse en tener brotes de menor magnitud’, comenta.

A juicio de Jeannette Dabanch, infectóloga del Hospital Clínico de la U. de Chile, lo que pueda pasar durante el invierno de este año es incierto, “porque todavía no se estabiliza la circulación de covid-19. Y temo que el desplazamiento de personas en Europa por la guerra de Rusia y Ucrania, pudiese atraer de nuevo la generación de nuevas variantes”.

La especialista afirma que “si llegásemos a tener circulación de influenza, después de casi dos años, nuestro sistema inmune pierde la memoria para la exposición a estos virus. Entonces, si circula podríamos tener una temporada con casos más severos. Sin embargo, creo que si logramos mantener las medidas de autocuidado, podríamos tener una reducción de casos”.

Según los expertos, a estas medidas se suma el reforzamiento de la campaña de vacunación contra la influenza, que partió esta semana con el personal de salud, porque permite que el sistema inmune quede estimulado para enfrentar de mejor forma un eventual período de circulación.

El ministro de Salud, Enrique Paris, señala que “nos preocupa la influenza porque ya está circulando. No solamente influenza: también adenovirus y otros virus respiratorios”.

Añade que “las vacunas contra la influenza y la vacuna contra el coronavirus se pueden colocar en el mismo momento, es decir, en el mismo día. La diferencia es que tiene que ser una vacuna en cada brazo'”